España constituye uno de los países más potentes en materia de investigación oncológica. En los últimos años han sido muchos los proyectos prometedores que buscan mejorar la vida de los pacientes con cáncer.
El objetivo de la investigación oncológica es lograr una mayor tasa de curaciones y prolongar la supervivencia de los pacientes. En esta tarea, España es un referente y se encuentra entre los países más destacados por su intensa labor investigadora en el campo de la oncología.
En nuestro país más de un tercio de los ensayos clínicos aprobados en el año 2020 por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) fueron destinados a la investigación en cáncer, superando en número incluso a aquellos orientados a la COVID-19 en plena pandemia.
Esto constituye todo un logro para la lucha contra el cáncer, pues gracias a la actividad investigadora es posible desarrollar terapias cada vez más eficaces, así como llevar a cabo una actividad preventiva potente. Añadido a esto, hacer ciencia también permite optimizar los tratamientos y ajustarlos cada vez más a las necesidades de cada persona, mejorando así los resultados terapéuticos y limitando al máximo los temidos efectos secundarios.
Proyectos de investigación españoles, pioneros contra el cáncer
A continuación, vamos a comentar algunos de los avances recientes que la investigación española ha permitido lograr.
Estudio HOPE con pacientes con cáncer de mama metastásico
El proyecto HOPE (2020) es un estudio clínico que, mediante una aplicación móvil, pretende crear una red de pacientes con cáncer de mama avanzado. El objetivo principal es lograr empoderar a los pacientes que padecen esta enfermedad, brindándoles información a la vez que se recaban datos referentes a sus vidas y su patología.
El proyecto se encuentra respaldado por un equipo especializado que brinda a los pacientes apoyo en todo momento. Su desarrollo ha sido impulsado por la necesidad de cubrir carencias que aquejaban a las pacientes de este tipo de cáncer, necesidades que han sido identificadas gracias a la escucha recíproca entre ellas y los profesionales.
Tratamiento del cáncer de piel con 3D
El Hospital del Mar (Barcelona) ha pasado a convertirse desde 2018 en el primer centro español que emplea la impresión 3D para el tratamiento del cáncer de piel con pequeños tumores. Para ello, emplea una técnica conocida como plesioterapia, que utiliza fuentes de radiación dentro o cerca de la zona a tratar.
Tras dos años de trabajo investigador, este sistema ha empezado a implementarse, constituyendo toda una innovación que permite incidir en el tumor de forma mucho más directa, lo que incrementa la efectividad del tratamiento. Gracias a este sistema pionero, el tratamiento resulta mucho más práctico para los profesionales y para el propio paciente.
Biomarcadores no invasivos para diagnosticar el oligodendroglioma
El oligodendroglioma es un tipo de cáncer cerebral sobre el que apenas se ha investigado. Por ello, en el Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (IMIBIC) han comenzado este 2022 a trabajar para cambiar esta situación.
El proyecto Oligospain busca, entre otras, cosas hallar biomarcadores de diagnóstico no invasivos a través de la sangre, pues hasta ahora los pacientes sólo pueden ser diagnosticados mediante una biopsia cerebral no exenta de riesgos.
RESILIENCE, pionero en el uso del RIC para la cardiotoxicidad por antraciclinas
De los 4 millones de nuevos casos de cáncer diagnosticados en Europa cada año, >3 millones reciben antraciclinas (solas o en combinación). Datos recientes indican que, aproximadamente, el 35% de los pacientes que reciben este tratamiento desarrollarán algún tipo de cardiotoxicidad, lo que tiene un impacto muy negativo en la salud física y mental. Por ello y con el objetivo de mejorar su calidad de vida, el proyecto RESILIENCE será el primer gran ensayo que pruebe los beneficios del condicionamiento isquémico remoto (RIC) en el contexto de la cardiotoxicidad inducida por antraciclinas.
El RIC se lleva a cabo con un dispositivo similar al de la toma de la presión arterial y su objetivo es interrumpir la circulación en un miembro (brazo) de forma breve y repetida. Esto favorece el envío de señales de otros órganos, como por ejemplo el corazón, y los hace más resistentes a posibles agresiones, como puede ser el daño cardíaco por antraciclinas. El RIC ya se ha probado con éxito en casos de infartos, cirugías cardíacas e ictus y ha demostrado ser extremadamente seguro.
