El vínculo directo entre los tratamientos contra el cáncer actuales y el desarrollo de insuficiencia cardíaca en el futuro para las personas que los reciben, es un obstáculo ante el que nos enfrentamos, con el compromiso que esto implica en la calidad de vida de los pacientes en los próximos años y en su supervivencia a largo plazo. Desde RESILIENCE trabajamos por romper esta barrera y reducir las posibles complicaciones cardíacas en supervivientes al cáncer.
En este artículo queremos compartir con vosotros una herramienta cardiosaludable que puede resultaros práctica a aquellas personas que tenéis cáncer o lo habéis superado, de modo que podáis contribuir por vosotros mismos a favorecer vuestro sistema cardiovascular. Se trata de la realización de ejercicios de meditación como yoga, pilates, taichí o mindfulness. Esta clase de ejercicios no solo mejoran el bienestar físico, con la incidencia en la función muscular esquelética y la mejora de la fuerza, el equilibrio, la flexibilidad y la resistencia; también, y en gran medida, el psicológico.
Importancia de controlar el estrés
Con la práctica de ejercicios de meditación podemos mejorar variables mentales tales como la ansiedad y la depresión y conseguir efectos favorables sobre el control del estrés.
Cuando nos enfrentamos a situaciones estresantes, nuestro sistema nervioso se activa, lo que desencadena una respuesta fisiológica que incluye un aumento en la presión arterial. Este aumento se produce para satisfacer la mayor demanda de sangre que nuestro cuerpo percibe durante momentos de estrés. Además, se liberan hormonas vasoconstrictoras, las cuales tienen el efecto de incrementar tanto la presión en las paredes del corazón como en los vasos sanguíneos.
En esencia, esta respuesta de estrés es una herramienta adaptativa que nos mantiene alerta y preparados para enfrentar desafíos. Sin embargo, cuando el estrés es crónico y persistente, puede contribuir al desarrollo de hipertensión, con lo que se establece un terreno propicio para la aparición de enfermedades cardíacas.
Por tanto, gestionar de manera efectiva el estrés puede ser un componente útil que beneficie la salud cardiovascular a largo plazo.
Yoga para el corazón
La práctica del yoga puede favorecer la reducción de algunos factores de riesgo cardiovasculares, entre los que se pueden incluir el sobrepeso, la tensión arterial y el colesterol:
- Reducción de sobrepeso: la práctica regular del yoga implica una combinación de posturas físicas, respiración consciente y meditación. Este enfoque holístico tonifica los músculos, mejora la flexibilidad e implica un gasto calórico por la activación de diferentes grupos musculares. Además, la práctica de yoga de forma habitual se asocia con modificaciones saludables en otros hábitos de vida (alimentación, hidratación, sueño, etc.) que tienen una influencia directa sobre la pérdida de grasa corporal y el sobrepeso.
- Tensión arterial: el yoga se caracteriza por poner un énfasis significativo en la respiración consciente, una poderosa herramienta que puede contribuir al equilibrio, en cierta medida, de la presión arterial. Esta práctica no eliminará la medicación necesaria para la tensión alta, pero la respiración controlada y profunda puede ayudar a calmar el sistema nervioso y por tanto a la disminución de la respuesta ante el estrés.
- Niveles de colesterol: los beneficios del yoga se pueden extender también al perfil lipídico ya que la práctica regular de yoga y el establecimiento de esos hábitos saludables vinculados, influirían positivamente en los niveles de colesterol, con una posible reducción del colesterol LDL (“malo”) y un potencial aumento del colesterol HDL (“bueno”). Este equilibrio lipídico, de nuevo, es esencial para la salud cardiovascular, con la prevención de la acumulación de placas en las arterias y la reducción del riesgo de enfermedad cardíaca.
En conclusión, la práctica de meditación puede ser una herramienta para guiar a quienes la practican hacia la paz mental y una posible táctica para contribuir a la disminución de algunos de los riesgos vinculados con los problemas cardiovasculares.
